Desde que en 1975 Miguel Sanza se introdujera en el ámbito artístico, su interés ha tenido como hilo conductor la investigación. Le gusta la innovación y la experimentación con técnicas y materiales, así como la incorporación y aplicación de las más recientes tecnologías a la expresión plástica. Otra constante ha sido el reflejo de su yo, de su estado anímico, en aquello que estuviera haciendo. Ante la presencia de sus trabajos se puede llegar a establecer una comunicación con la obra y, en ocasiones, podemos llegar a sentirnos intrusos y voyeristas.
Miguel Sanza es un comunicador, un creativo de la imagen, ya sea gráfica, fotográfica o pictórica, que también se ha sentido atraído por la manifestación de la tercera dimensión realizando cada día más incursiones en este ámbito. Y, si bien es verdad que ha roto con el concepto tradicional de “arte”, su obra no es ajena a la influencia de diversas corrientes artísticas, de manera que a los estudiosos no les resultará difícil encontrar en ella relaciones con los movimientos surrealistas, expresionistas, informalistas o pop, entre otros ya históricos.