ESCULTURA realizada con maderas de chopo, sauce, haya, hierro y acero.
“El espíritu del río” ha sido creada partiendo de elementos orgánicos arrastrados por la crecida del río Ebro a su paso por Zaragoza, y otros elementos mecánicos que fuera de su contexto habitual generan una estructura hibrida, medio planta, medio maquina, que simula el renacer de la vida, sugiriendo su composición, un gesto, un movimiento, un baile liberador, resurgiendo como un nuevo ente, mitad vegetal, mitad mecánico, basándome en la filosofía marcada por la primera propuesta de “Hbrides”, en donde se nos decía que, lejos de los fantásticos animales de la Edad Media y de los juegos infantiles de asociación que no sorprenden a nadie, este tema nos debía invitar a buscar formas de diferentes mundos, estilos, materiales, colores que expresen la alegría de la mezcla de diferencias e innovación… y las correspondencias más sorprendentes. De la palabra híbrido en el arte surge esta innovadora propuesta en la que podemos permitirnos todo: el cruce entre dos variedades, dos razas del mismo animal o especie vegetal, entre dos especies diferentes (las quimeras) o por qué no, dos reinados, el animal y vegetal, vegetal y mineral, vivo y muerto, joven y viejo… o incluso entre lo orgánico y la máquina, lo natural y lo artificial… cuando se combinan y se unen al hacernos olvidar sus orígenes heterogéneos.