En las profundidades del océano, el «Galeón hundido» se erige como un coloso mudo, un antiguo campeón de batallas olvidadas. Su casco desgastado cuenta historias de tormentas ferozmente afrontadas y de hombres valientes que se atrevieron a surcar sus aguas.
Cubierto por el manto del mar, cada tablón es un testamento a la bravura y a la traición, mientras que su proa, aún firme, espera la llegada de nuevas leyendas.
Las corrientes arrastran ecos de luchas antiguas, un recordatorio de que en cada naufragio reside una saga de honor y gloria, esperando ser desenterrada por aquellos que se atreven a sumergirse en su historia.
Su representación intenta provocar en el público que observa la pieza «Galeón hundido» agitación, soledad, miedo a la oscuridad o, ¿por qué no? serenidad e inmovilidad que nuestra imaginación puede sentir en la situación de esta imagen que vemos ante nosotros, un objeto inanimado sumergido en un abismo que puede sugerirnos historias de batallas, abordajes, tormentas marinas, etc. Nuestra imaginación es libre de crear la historia que seguramente nos inspirará a contemplar esta imagen.
La obra «Galeón hundido» nos sumerge en un abrazo profundo y silencioso, donde un barco lleno de sueños y secretos reposa en las oscuras profundidades.