Marzo de 1998 – Exposición colectiva en la sala de la AAPGA.
«Aerografias sobre lienzo» Sala Banco Hispano 20. Zaragoza
Individual «Aerografias sobre papel» Banco Hispano 20 – Zaragoza.
Esta exposición consta de una serie de ilustraciones realizadas en aerografia, sobre lienzo.
«Aerografias sobre papel» Ayto. Riaza
Individual «Aerografias sobre papel» Ayuntamiento de Riaza – Segovia.
Esta exposición consta de una serie de ilustraciones realizadas en aerografia, sobre papel.
Exposición individual «Aerografias sobre papel» Sala Zarauto
Individual «Aerografias sobre papel» Sala Zarauto – Zaragoza.
Esta exposición realizada en la Sala ZARAUTO de Zaragoza en junio de 1987, consta de una serie de ilustraciones realizadas en aerografia, sobre papel.
Crítica realizada por Ángel Azpeitia en Heraldo de Aragón.
Aunque concebida a partir de una sola técnica, la exposición que Miguel Sanza ha llevado a Zarauto – sala que rige la Asociación de Artistas Plásticos Goya – descubre cierta variedad y un positivo progreso en el uso de la pintura proyectada por aire. Contiene tres bloques distintos.
El primero. Al que se autor llama de procedimiento primario, es el que supongo más antiguo, por ser menos nítido y perfeccionista en las terminaciones, si bien goza de un carácter expresivo, compensatorio hasta cierto punto. Aquí Sanza ha utilizado un artilugio elemental, seguramente una simple jeringa o casa por el estilo. Sus temas tienden a lo fantástico y desarrollan en un campo manchista, cercano al informalismo, pero que se concretan en aspectos reconocible.
Luego entra el aerógrafo profesional. Se trata ahora del capítulo más amplio, dentro del cual creo advertir una evolución hasta las conseguidas calidades de las ultimas notas, como la del ala de insecto, también más entonada, con poco contraste en el colorido y con una limpia transparencia. Sanza propone ahora un mundo biológico que abarca lo muy figurativo, en el cuerpo de mujer, e interpretaciones libres, casi siempre alusivas a la fecundidad.
En este grupo logra el artista sus mejores niveles y saca todo el partido del sistema, tal vez con alguna tendencia al frío distanciamiento. Fructifica, sea como fuera, su previo aprendizaje.
Nos queda, en una especie de apéndice, tres o cuatro ilustraciones que, sin cambiar de recursos, toman otro camino en los asuntos y cursan con un registro descriptivo muy concreto. Se les encontrarán referencias surrealistas que en uno de los casos remontaremos precisamente a Dalí. Tampoco anda lejos del cómic. Defienden la factura, pero parecen secundarias en el contexto. Sin magnitudes pretenciosas el balance arroja una mano hábil, capacitada para el menester.
Ángel Azpeitia (Crítico de arte).